Palestino firmó el jueves un empate 1-1 frente a Cuiabá de Brasil, en el partido de ida de la serie de playoffs de octavos de final de la Copa CONMEBOL Sudamericana 2024, al jugar en condición de local en el Estadio Ester Roa Rebolledo manteniendo sus posibilidades de conquistar la serie, aunque deberá luchar en la confrontación de vuelta.
El club árabe busca trascender al tener en cuenta que en su historia poseen 10 triunfos, cinco empates y 14 derrotas en su participación en seis ediciones del mencionado certamen.
Ventaja tricolor
Hay que resaltar que Palestino tomó la delantera en el minuto 32 gracias a un gol de Nicolás Linares, quien dio un remate con la izquierda en dirección al centro de la meta rival producto de un contraataque.
Luego los dirigidos por el argentino Lucas Bovaglio tuvieron la capacidad para seguir al frente hasta el momento cuando había transcurrido el primer tercio del complemento, ya que en la fracción 61 Cuiabá logró emparejar el enfrentamiento, producto de un tanto de Deyverson, quien dio un disparo desde más 30 metros, el cual resultó efectivo.
Palestino tuvo hasta seis nuevas ocasiones para ponerse al frente, sin embargo todas resultaron fallidas incluyendo un cobro de penalti errado, el cual fue realizado Joe Abrigo con un remate de izquierda que fue detenido.
Meta difícil
Los árabes intentarán lograr el éxito en el compromiso de vuelta que tiene previsto su desarrollo para el jueves 25 cuando Cuiabá sea local en la Arena Pantanal.
Para Palestino esta participación en torneo internacional es de gran importancia con miras a seguir trascendiendo, aunque se le puede sumar el dato que en la actualidad están en el quinto puesto de la clasificación de la máxima categoría de la temporada 2024 del campeonato nacional, y que en caso de mantener su ruta positiva podrían asegurar su presencia en la edición de 2025 de la Copa CONMEBOL Sudamericana.
Por el momento Palestino deberá enfocarse en luchar en la vuelta contra Cuiabá, y así conseguir la meta de trascender a la siguiente ronda.
Escrito por: Tomás Rincón