Las agencias de noticias AP y EFE informaron que cinco millones de personas recibieron en Buenos Aires el martes a la selección de Argentina que se coronó recientemente en la Copa del Mundo Catar 2022.
El equipo, capitaneado por Lionel Messi, llegó en horas de la madrugada a Buenos Aires y en la tarde salió en caravana para recorrer las principales calles de Buenos Aires, pero se registraron disturbios y eso generó que se cancelara el recorrido terrestre.
En vista de eso, los deportistas tuvieron que abordar helicópteros para saludar desde el aire a los fans que estuvieron ataviados con camisetas celeste y blanca en un día que fue decretado como feriado nacional por el presidente Alberto Fernández, pues la oncena logró su primera corona en 36 años y tercera en la historia de los Mundiales. La logró al batir el domingo en penales a Francia para consagrarse en el estadio Lusail Iconic de Catar.
Las quejas del directivo de Argentina
Claudio Fabián «Chiqui» Tapia, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), se quejó por la falta de organización para efectuar una fiesta por todo lo alto, pues algunas personas se lanzaron al vehículo en el que iban los deportistas.
También lució insatisfecho porque no se les permitió a los futbolistas saludar a los ciudadanos en medio de un intenso calor.
«No nos dejan llegar a saludar a la gente en el Obelisco«, escribió Tapia en Twitter, citado por Clarín, mientras se generaban situaciones poco aceptables como destrucción de paradas y cabinas telefónicas. «Los mismos organismos de seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores campeones. Una pena», agregó.
Decepción de los hinchas
Aunque los hinchas se sintieron decepcionados porque no pudieron aplaudir a sus ídolos en el Obelisco, algunos entendieron que no había espacio para que pudieran circular los exponentes del balompié. Culparon a las autoridades gubernamentales de no saber manejar al público en plena euforia.
“Estamos enojados porque el gobierno no organizó como debía para que nosotros festejemos; nos robaron la Copa del Mundo”, dijo Diego Benavídez, de 25 años, a AP.
“Es una fiesta. La última vez que Argentina salió campeón yo tenía 3 años, no recuerdo nada y lo quiero vivir intensamente porque necesitamos esta alegría en el pueblo. Lástima que todo fue desordenado», comentó Yael Torchinsky, de 39 años.
Escrito por: Joseph Ñambre
Foto: AFA